Uno de los mitos del emprendimiento es que hace falta mucho dinero para emprender pero esto no siempre es así. Una persona profesional del diseño, una fotógrafa, una traductora, un/a preparador/a físico/a, una desarrolladora de software o cualquier otro profesional no necesitan mucho más que su propio tiempo y conocimientos para empezar.
Si nuestro emprendimiento necesita local, como un restaurante, un taller o una casa rural, o si lo que estamos montando es una startup tipo “airbnb” o “uber”, entonces, probablemente sí que necesitaremos financiación, pero al igual que necesitamos una estrategia de marketing para que nuestros clientes crezcan, necesitaremos una buena estrategia de financiación, para poder crecer, minimizando riesgos.
Hay diferentes momentos en los que la financiación puede ser una estrategia necesaria:
En una fase inicial, lo que permite arrancar con el negocio. Al iniciar un negocio, la financiación proporciona los recursos necesarios para cubrir los costos iniciales.
En una fase de crecimiento. La financiación es esencial para consolidar las operaciones, como expandir la capacidad de producción, mejorar infraestructura, implementar tecnologías...
Para facilitar la innovación. La financiación facilita los medios para desarrollar nuevos productos o servicios y lanzar soluciones mejoradas.
Pero: ¿qué tipos de financiación existen? Distinguimos las siguientes fuentes de financiación:
Auto-financiación
Préstamos bancarios
Business Angels
Inversión de impacto
Capital riesgo
Crowdfunding
Subvenciones y concursos
Financiaciones para el rural: fondos LEADER
Fase inicial: campaña de crowdfunding o autofinanciación
Es una primera fase, cuando estamos testando la idea, un buen instrumento de financiación son las campañas de crowdfunding, que además nos permiten probar que tenemos un nicho de clientes dispuestos a gastar dinero en nuestros productos y servicios, y a la vez nos obliga a dar un gran impulso a la comunicación de nuestro proyecto.
Existen dos tipos: el crowdfunding de donación o recompensa como Ulule o Lanzanos , que aceptan proyectos de todo tipo, Verkami, más enfocada a creadores y artistas, o Goteo, enfocada a proyectos sociales. Por otro lado está el equity crowdfunding, donde pequeños inversores entran a formar parte del negocio como sociosinversores, creas o la bolsa social, más enfocada a proyectos con impacto social o medioambiental positivo.
Si hemos tenido éxito con la campaña de crowdfunding o ya hemos realizado nuestras primeras ventas nos será mucho más fácil conseguir financiación bancaria o incluso inversores para nuestro negocio.
Financiación externa
Si contamos con garantías personales podemos solicitar créditos ICO a través de nuestro banco, con un interés bastante interesante y posibilidad de hasta dos años de carencia. En caso de que no contemos con garantías para avalar el crédito podemos acudir a los microcréditos para emprendedores como los que ofrece Microbank de la Caixa, según sus líneas pueden llegar a 25.000 o 50.000 €. También existe financiación pública como las líneas de financiación a proyectos de innovación que ofrece ENISA. Son préstamos participativos donde el emprendedor tiene que aportar el 50 % de la inversión y exige que la empresa esté constituida bajo la forma de SL.
Los Business Angels son inversores privados que aportan dinero, experiencia y contactos. Se pueden encontrar a través de eventos, conferencias, asociaciones como AEBAN o plataformas como Startupxplore.
Los fondos LEADER son ayudas dirigidas a empresas privadas, entidades locales y asociaciones sin ánimo de lucro, especialmente en áreas rurales. Estas ayudas cuentan con tres líneas de financiación dirigidas a empresas privadas y particulares; entidades locales; y asociaciones sin ánimo de lucro.
Una vez que nuestro negocio genere ventas suficientes, podemos evitar un excesivo endeudamiento con una estrategia basada en la minimización de costes (por ejemplo, no poniéndonos sueldos excesivamente altos en inicio o escalando las inversiones en activos) y reinvirtiendo los beneficios en el crecimiento de la empresa.
Si necesitas una inversión muy grande y tu negocio ya ha demostrado que tiene amplias posibilidades de ser escalable puedes dirigirte a rondas de inversores, pero para ello debes preparar muy bien la presentación de tu proyecto y tus proyecciones económicas. Existen entidades de inversión de impacto y capital riesgo, que ofrecen financiamiento para empresas en crecimiento, con inversores que no solo aportan capital sino también asesoramiento estratégico. Sectores de alto potencial incluyen tecnología, biotecnología, energías renovables y Fintech.
En Como una Cabra podemos ayudarte y acompañarte en cualquiera de los procesos de financiación que hemos mencionado.
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