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Foto del escritorJuan C Guerrero-Fraile / Triangle Estudio

¿Ha muerto el Networking de toda la vida?

Actualizado: 19 abr 2023

Según Nietzsche “Dios ha muerto” seguro que habrás leído en algún lado esta frase, extraída del libro [Así habló Zaratustra] siempre la he entendido como lo que es: retórica filosófica, nada que me quite el sueño. Pero el otro día cuando fuí a comprar los boquerones fresquitos que venden cerca de casa, me quedé con la frase que le dijo el pescadero a un tío que estaba de primero en la cola: “para hacer contactos de negocio publica en linkedin, no gastes en tarjetas de visita” esto me llevó a la pregunta que hoy es titular en este artículo ¿Ha muerto el Networking de toda la vida?


Índice de Contenidos:



La epifanía de Marifé (relato)



El jazz de Chet Baker sonaba al fondo del salón, afuera hacía una brisa tremenda, seguramente helada porque el calendario marcaba octubre veinticinco. Había una extraña soledad aquella tarde en ese salón, no era cualquier tarde ni cualquier soledad, era el salón de ella. Marifé se acompañaba de una copa de Jerez y un cigarrillo, también tenía a Jonás, un British Shorthair que solía posarse en su regazo, aunque esta vez yacía inerte en la alfombra junto a la chimenea.


Una docena de papeles alrededor de ella, por el suelo y encima del sofá; eran textos relacionados con temas de emprendimiento, técnicas de marketing, un libro y como guinda del pastel, la foto de un hombre con la pinta de Saul Goodman de [Breaking Bad] que llevaba puesto una americana amarilla y el título: “sé una superventas”, sin duda un gurú del mundillo publicitario -foto autografiada cabe destacar- de esos que afirman verdades absolutas y que aniquilan la posibilidad de que exista un shangri-la más allá de sus postulados. Todo esto la agobiaba, por la manera en que cogía los papeles y los releía, tomaba apuntes para arremeter luego contra el folio como si fuese culpable de su frustración.


Ha pasado muchos meses teletrabajando, de conferencias en línea y de entrevistas por Zoom, la zarpa lacerante de la pandemia había herido su autoconfianza aniquilando toda capacidad de socializar, se sentía muy agusto frente al ordenador vestida de la cintura para arriba con una prenda inteligente, esas que llevan las operadoras telefónicas o las CEO que aparecen en las publis de internet. Sin más, allí estaba Marifé, no había duda, decidida a recopilar en su tableta las frases y técnicas fundamentales que le servirían como recurso para afrontar el evento del día siguiente, una especie de reencuentro de profesionales del gremio, organizado en el club de networking más próximo a su residencia. Jonás, cambió de sitio, caminando tan lento que parecía que las patas delanteras llegaban minutos antes a su destino que las traseras, ese destino estaba a los pies de ella, el felino desplomó la mitad de su cuerpo sobre el pie izquierdo y el culo se posó en la foto autografiada, era evidente que Jonás hacía alarde de su sabiduría felina, apología de una vida entregada a la holganza.


Marifé se encontraba consigo misma, vivía desde hacía un par de años en una buhardilla rentada, y tenía casi uno que no salía al mundo exterior. Aquella tarde la soledad no fué lo de siempre, ese círculo de confort que usaba como refugio, su soledad se tornó en martirio al querer redactar el discurso perfecto, tenía que presentarse ante colegas que si bien eran familiares para ella por que los veía a menudo a través del ordenador, solo eran píxeles reunidos dentro de un monitor comprado en oferta, en esos días grises en los que comprar era un acto de expiación contra el aburrimiento.


Ella es elocuente, inteligente y competitiva, pero su emprendimiento no estaba marchando como deseaba. Sabía que necesitaba conseguir alianzas estratégicas que le permitieran agilizar la puesta en marcha de su negocio, conseguir la atención de posibles clientes, hacerse referente en su sector, y para esto preparaba su perfecto speech, siguiendo cada recomendación recibida por los gurús del marketing que la habían acompañado a lo largo de su encierro pandémico.


La copa de jerez acompañó varios cigarrillos, Jonás dormía plácido pero con las orejas en alza, las brasas de la chimenea cumplían su metamorfosis prometida, el devenir del tiempo dejaba a su paso ascuas y tizones. La velada consumó la redacción de un guión definido, un pequeño discurso dentro de su tableta diseñado para impresionar. Conforme, apagó la luz del salón y desapareció tras la puerta de su cuarto.


La mañana siguiente trajo consigo el mismo dilema: la Moka italiana o George Clooney y sus cápsulas, cuando el tiempo impera no hay duda de la elección… Jonás recibió los buenos días frente al ventanal del salón, estaba embebido por la presencia de un joven mirlo. Al espejo Marifé inspeccionó su rostro, primero el peinado, luego las cejas, bajando por los pómulos y terminando en los labios, al verse a sí misma se hundió en las pupilas, lo demás quedó en segundo plano. En ese instante sintió frío, no pudo diferenciar si había sido por una ráfaga otoñal colada por la ventanuca del baño o estaba de los nervios. Corrió a prisa, miró el reloj, cogió el coche; atrás quedaba la buhardilla, Jonás, el mirlo en la ventana, la soledad del salón, el café humeante que dejó en la taza sin beber en la encimera. Esta vez la otra mitad del atuendo de oficinista lo llevaba puesto y se sentía extrañamente expuesta, como si emergiera de una pupa invernal y sintiese por todo su cuerpo el arrebatado de la primavera . Había salido de casa.


Al llegar al evento lo esperado: ataviadas con mascarillas “divertidas” -esas azules de quirófano pasaron de moda- las personas guardaban la distancia social correspondiente, una notable euforia se percibía en aquel lugar, una vorágine de gestos, saludos con el codo y encuentros de colegas que hacía tiempo que no se veían. El recinto ventilado y bien iluminado era la nave de un parque industrial, acondicionado para ser una especie de coworking chic, con jardines verticales que oxigenaban sus espacios aportando vida a las grises paredes de hormigón pretensado.

Mascarilla divertida
Imagen de Usman Yousaf en Pixabay

De pronto alguien al micrófono pidió silencio y con palabras predecibles saludó a los presentes invitando a que en los próximos minutos participaran del ciclo de presentaciones, para luego compartir en el salón contiguo el brindis que enmarcaría el tiempo de networking.


El evento había empezado y uno a uno, los participantes se ponían de pie, con actitud solemne y en un tono de voz adecuado decían su elevator pitch un discurso plano, que al inicio de la actividad era fácil disimular el aburrimiento, mas al cabo de veinte minutos se tornaba en una letanía, sin brillo, desprovisto de cualquier matiz de personalidad. Al margen de esto estaba el soliloquio de Marifé, procurando memorizar cada palabra de su speech idéntico al del resto. Su cabeza sonaba como un enjambre de abejas erráticas y las pulsaciones eran caballos desbocados, embriagados en una mezcla de adrenalina y tabaco arremetiendo contra la humedad de su garganta, haciendo de su boca un lugar áspero, poco adecuado para hablar con soltura.


Y al estar a solo dos personas de su presentación ella olvidó el guión, los nervios jugaron en su contra haciéndole vivir una de sus pesadillas. En medio del trance se apresuró a coger la tableta para leer por última vez lo escrito, con la esperanza de que ese recurso desesperado le devolviera la lucidez perdida.

A veces los recovecos de las películas de Woody Hallen acaban siendo parte de la trama cotidiana y en los momentos menos oportunos, es así como lo posible se convierte en realidad. La batería de su tableta había muerto.


Sin dilación el tiempo transcurrió ipso facto y el momento había llegado, debía presentarse ante los corporativos; con la mirada perdida en busca de algún asidero, se percató del cronómetro que marcaba la cuenta regresiva de sus dos minutos preestablecidos, ¡que mal momento para juntarse de golpe un conglomerado de meses de interacciones virtuales que contribuyeron a mermar su autoconfianza!. Los primeros segundos de su intervención fueron horas aciagas, trás las mascarillas “divertidas” del público era posible anticipar rostros de asombro. Veinticinco segundos sin decir ni una sola palabra, casi la llevan al filo del desvanecimiento.


Un giro inesperado en el segundo veintisiete cambió el rumbo de los acontecimientos, Marifé tras un arrebato creativo empezó a hablar.


-- Buenos días a todas, les confieso que para mi es un poco raro el estar aquí en un evento de networking a la vieja usanza después de tantos meses de interacción virtual, hasta he olvidado mi elevator pitch. Mi nombre es Marifé y estoy encantada de poder verles a los ojos en directo, de escuchar sus presentaciones. Perdonenme la emoción, pero después de tantos meses ¿por qué querría ocultarla?. Tengo un emprendimiento de Menaje Ecológico y ando en busca de alianzas estratégicas para desarrollar mi marca. Si a alguien le interesa el tema, me encantaría charlar y compartir un vinito en el área de networking. Muchas gracias.


Imagen de RAEng_Publications en Pixabay

Tras un breve silencio se oyeron intentos de aplausos. Aplausos que demostraban que la audiencia había sido permeable a su poco convencional elevator pitch, dando constancia que la emoción es sin duda un elemento primordial en los eventos “no virtuales” y predisponen a las personas a tener un nivel de receptividad mayor, difícilmente logrado en las frías reuniones virtuales.


Al acabar la ronda de presentación, se habilitó el salón contiguo para hacer redes de contacto, cada quien escogió la bebida de su preferencia, respetando la distancia social -a estas alturas del partido no sé de cuántos metros- y allí estaban todas las presentes, reunidas en pequeñas islas humanas, conversando sobre intereses comunes y no tan comunes pero al fin y al cabo intereses humanos, el rostro de Marifé iluminaba por completo el lugar, se proyectaba a través de la mascarilla más allá del tiempo y el espacio. Allí quedó rodeada de personas motivadas a interactuar con ella quizá por lo honesto e improvisado de su presentación, quizá por conocer más de cerca su emprendimiento daba igual, lo importante era compartir sentires junto a otras que como ella, habían salido de sus “pupas invernales” para gozar del aquí y el ahora, de sus mutuas presencias.


FIN.


¿Qué es Networking?


Si has leido el post anterior, sabes que me da mal rollo tener que aprender los cientos de términos “marketinianos” con los que nos bombardean a cada segundo, sin embargo como también sabrás, he adoptado una postura que me sea útil a mi y a ti, esa postura es la de ampliar progresivamente nuestro vocabulario. Dicho lo dicho, el término anglosajón Networking hace referencia a lo que nosotros conocemos como “hacer contactos de trabajo” así de claro, no hay misterio ni suspense.


Y es que en algo estamos de acuerdo, sin relaciones que nos permitan establecer contactos y alianzas estratégicas, es poco probable que nuestro emprendimiento tire hacia adelante. El rollo de la pandemia nos ha dejado un mal sabor de boca en torno al hecho de socializar, nos hemos vuelto un poco huraños, y no quiero que pienses que cuestiono el hecho, hemos pasado malos ratos y el distanciamiento social nos ha cambiado, ahora si te digo, no se si para bien. Pero sin duda yo me siento otra persona, no sé tú.


Tipos principales de Networking


Podemos enrollarnos etiquetando las cientos de maneras en las que pudiésemos hacer contactos de trabajo, pero lo menos que quiero es aburrirte, a continuación te nombraré los más comunes. Si leíste la historia que abre el artículo, seguro que te has hecho una idea.


Imagen de Joseph Mucira en Pixabay
  • Networking Offline (el de toda la vida)

Es la forma tradicional de hacer redes de contactos, la de siempre, en vivo y directo sin mediaciones electrónicas, la de cara a cara, la de asistir a eventos físicos en un espacio no virtual, en el cual compartimos con personas que puedan tener o no intereses comunes. Con esto de la pandemia, esta modalidad ha pasado ha ser un bicho raro.


  • Networking Online (conocido también como digital)

La intención es la misma que en el Offline con la salvedad de que el medio es electrónico, virtual y telemático. En pocas palabras, es ese evento realizado en Zoom o en cualquiera de las plataformas que permiten crear eventos usando como herramienta la internet, en pocas palabras, lo que hemos venido haciendo por más de un año, teletrabajando en casa.


  • Networking empresarial

Este tipo de networking tiene estrecha relación con los que te presenté en los dos casos anteriores, está focalizado en la interacción profesional. Puede realizarse en escenarios físicos o virtuales.


  • Networking informal

Es la clase de networking que llevamos a cabo de manera cotidiana, a veces sin advertirlo, en interacciones sociales por fuera del ámbito laboral. La clave para aprovecharlo es la escucha activa de tu interlocutor, porque quizá puedas ofrecerle tus productos o servicios -evita ser pesado- o recomendarle a otro proveedor de tu confianza.


  • Networking personal

Puede llevarse a cabo en cualquier ámbito, pero no suele estar ligado a una estrategia de negocio integral, sino a contribuir a un crecimiento personal y profesional sin una meta estrictamente definida.


  • Networking operacional

Está orientado a necesidades prácticas e inmediatas, que apuntan a lograr eficiencia, objetivos y/o resultados en un aspecto determinado.


  • Networking estratégico

Como lo indica su nombre, es el que tiene una visión más a largo plazo. Responde a los objetivos fundamentales que, en última instancia, tiene un plan de negocio o de carrera.



Networking Offline vs Online


Una vez a Stan Lee creador del Universo Marvel le preguntaron sobre quién ganaría el combate entre Spiderman vs Thor, o entre Ironman vs Capitán América, el genio se molesto, por que odiaba las comparaciones, al fin y al cabo él era el absoluto creador de esos personajes y solo él podía determinar el destino de cada uno de ellos. Ahora bien, a sabiendas que las comparaciones son molestas no enfrentaré estos dos tipos de networking, solo intentaré hacer notar algunas de sus cualidades.



Networking en línea (Online) – Ventajas


  • Contactar con personas que de otra forma no tendrías la posibilidad de conocer.


  • Haces networking en la modalidad 1 a miles.


  • Posibilidad de ser referente respondiendo preguntas sobre temáticas específicas efectuadas por otros miembros de la red.


  • Aprender de expertos


  • No estar sujeto a reuniones o eventos para poder realizar el contacto (¡inclusive ni tienes que peinarte!)


Networking de toda la vida (Offline)– Ventajas


  • Entre las ventajas que ofrece el networking offline destaca la percepción respecto al cliente. Gracias a esa relación directa, podrás empatizar con él, y debido a ese mayor nivel de empatía, se establecerá un vínculo entre ambas partes.


  • Puedes testear al instante las reacciones de tu interlocutor.


  • El contacto personal es irreemplazable, somos seres sociales por naturaleza.


  • El uso de la emoción como herramienta de interconexión.


Con lo anteriormente expuesto ¿Cuál es la mejor alternativa?, pues los expertos nos dicen que una combinación de ambas.


Algunos consejos para hacer Networking


1. Reglas básicas

Imagen de Karolina Grabowska en Pixabay
  • Sonríe, muéstrate accesible y amable, pero sin compartir demasiada información.


2. Sé de las primeras en llegar al evento

  • Tiene la ventaja de que va a haber menos gente y no tendrás que interrumpir a nadie para empezar una conversación.


3. Ten un plan

  • Poca gente considera el networking como su actividad favorita, así que ponte un objetivo: habla con 10 personas o pasa una hora en el evento.


4. Hazte de tarjetas de visita (electrónicas o impresas en material reciclable)

  • Las tarjetas de visita son la moneda de cambio en los eventos de networking, tenlas y comercia con ellas. Puedes imprimirlas en papel reciclado que se pueda sembrar (esto es cierto, dentro de la tarjeta hay una semilla) también puedes entregar una versión electrónica como un USB eso sí, solo a esos contacto que desees impresionar.


5. Haz un perfil de aquellos contactos que te interesen

  • Un truco sencillo para recordar detalles, historias y anécdotas es tomar algunas notas después de que te separes de la persona con la que quieres tener un contacto posterior, las aficiones o las pasiones son perfectas para romper el hielo.


6. No olvides hacer seguimiento

  • En algunas citas se sigue la regla de los tres días, los networkers tienen que seguir la regla de un día: haz un seguimiento en un plazo de 24 horas (48 máx.). Un mensajes de correo electrónico se considera una forma efectiva y rápida de hacerlo.


7. Busca quedar “en físico”

  • Llamar la atención de alguien con un correo electrónico puede ser complicado, a veces es más fácil un encuentro en persona. Después de un contacto inicial, sugiere quedar para tomar un café o una comida (de negocios), solo tienes que asegurarte de que el encuentro tiene un propósito. Y recuerda que el tiempo es dinero.


8. Recuerda las Redes Sociales

  • Las redes sociales son tus mejores amigas para crear contactos: mirar las fotos para recordar las caras o ver los currículums y portafolios te permite investigar y contactar después del evento de una forma más sencilla.


9. Ármate de paciencia

  • Crear redes de contactos consiste en dar y recibir. No se trata solo de ti y del siguiente paso en tu carrera, es una especie de cadena de favores, que consiste en ayudar a otros haciéndoles un favor o presentándoles a otras personas.


10. No sacrifiques calidad por cantidad

  • Un contacto de calidad es más valioso que 20 superficiales. Aun así, es probable que necesites 20 superficiales para acercarte a esa joya.


11. Crea una red de contacto

  • Has tenido charlas superficiales, has recopilado un montón de tarjetas de visita y has hecho algunos contactos en línea. Puede que incluso hayas quedado para tomar un café. Y ahora qué sigue , pues el trabajo solo acaba de empezar. Ahora tienes que alimentar tu red de contactos, ponte en contacto con ellos y asegúrate de que no se olviden de ti, nunca se sabe cuándo los necesitarás.


Encuentro de Cabras (nuestra visión del Networking)


Creo que debes tener una idea clara de la importancia de hacer networking y hacerlo de forma efectiva, ya sea “el de toda la vida” o su versión Online. Pues bien, teniendo esto claro quiero invitarte a nuestro Encuentro de Cabras, así hemos llamado a nuestro evento de Networking Online. Y sí es cierto es un encuentro en línea pero no uno más, nuestro concepto de networking está basado en una relación cercana, en la que todos los participantes pueden pertenecer de forma gratuita a nuestra comunidad, una comunidad que trasciende el evento y continúa activa, fomentando interacciones entre los emprendedores y el colectivo de profesores que son parte esencial de nuestra red. Para mantenernos unidos y cocrear espacios seguros en los que poder hablar sobre temas muchas veces sensibles, usamos el Slack, una especie de Red Social interna, por la cual nos comunicamos constantemente.


Esto quiere decir, que después de cada Encuentro de Cabras, tu puedes continuar relacionándote con las personas emprendedoras que más te interesen. Esta red a la cual te invito a pertenecer, está activa y en constante crecimiento. En nuestra visión del Networking Online, apostamos por el acompañamiento, porque emprender en soledad es a veces la primera causa de nuestro fracaso.


 

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2 Comments


Imposible no conectar con la historia de Marifé, desde el aroma de su café, en el paseo lento de Jonás hasta la taquicardia que acompañó su discurso, en lo personal me da miedo admitir que tal vez como a Marifé el aislamiento (malamente) le vino bien sin embargo creo que el secreto está en en el tan anhelado EQUILIBRIO, Los tiempos han cambiado y con eso nosotros y nuestra forma de relacionarnos, m encantó el artículo ;)

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Guest
May 30, 2021

Genial la historia de Marifé :D

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