top of page

RECUPERANDO LOS SABERES ANCESTRALES PARA EL CUIDADO PERSONAL Y DEL PLANETA

Actualizado: 12 ene 2022


El planeta tierra, esa casa que nos cobija y mantiene girando alrededor del vasto universo -dicho así suena inmensurable- aunque es una verdad como una casa, lo cierto es que lo que me hace sentirla un hogar, son las experiencias que he vivido y esas “pócimas mágicas” que he aprendido a hacer y que la naturaleza me ha regalado.


Índice:




Dones de la tierra


Te invito a mi espacio vital

Nuestras abuelas aprovechaban los recursos a su alcance. Hacían conservas para utilizar los productos de la huerta todo el año. Secaban plantas, frutas y verduras, como los higos o las uvas pasas, usaban la sal para desecar y almacenar, y el azúcar para mermeladas y almíbares

El vinagre fue un gran aliado en la elaboración de escabeches (carnes, pescados, verduras) y en la limpieza del hogar.


Aprovechaban las cenizas para “curar” la tierra, usando una fina capa tamizada para fertilizarla y desinfectarla de hongos y bacterias. Elaboraban un jabón con los restos de aceites y grasas usadas, agua muy caliente y sosa; cuando no había sosa la ceniza hacía la misma función y con ese jabón se limpiaba todo: la ropa, la loza, los suelos, el cuerpo, el cabello, etc.


Recuerdo ayudar a mi abuela cuando elaboraba jabón, lo hacía en un caldero muy grande, y nos turnábamos dándole vueltas con un gran palo porque no se podía dejar de remover hasta que espesaba. Nos pasábamos así una tarde charlando y ejercitando los brazos.

El resultado se vertía en una gran caja de madera donde se habían colocado papeles de estraza y así reposaba 24 horas.

Imagen de Adina Voicu en Pixabay
Nuestras abuelas, manos de sabiduría

Al cabo de ese tiempo se troceaba con un gran cuchillo en piezas del tamaño adecuado para su manejo. Se dejaba 1 mes para que se secara antes de usarlo.

Ese es uno de los olores de mi infancia, me recuerda a mis abuelos y a la ropa que se tendía al sol para quitar las manchas más difíciles y también para secarse.


Años más tarde descubrí la saponaria, una planta que crece en las veredas de los ríos limpios que produce un jabón natural muy suave y con una fragancia fresca.


La naturaleza es maravillosa, no para de sorprenderme.



¡Abrid los ojos al huerto!



Cuando estamos en la huerta o en el campo podemos apreciar la generosidad de la tierra ofreciéndonos plantas aromáticas y medicinales. Proporciona alegría reconocer una de ellas y saber sus virtudes; muchas además son comestibles, y como las recolectamos en zonas “no tratadas” ingerimos vida al consumirlas. Por ejemplo, las ortigas, las hojas de malva o el Diente de León.


Mi concepto de sostenibilidad tiene relación directa con el cuidado de la tierra, con consumir lo necesario con conciencia y gratitud y con generar los mínimos residuos.

Por esa razón elaborar tus ungüentos, aceites, maceraciones, tinturas, cremas y productos de limpieza te hace sentirte independiente de la industria a la par que creativa.

También es honrar las memorias de muchas generaciones y tradiciones que nos han cedido su legado, y así dejárselo a la siguiente generación como un valioso concepto de “cuidado personal y a la vez de nuestro planeta”.

La huerta es vida

Como el proceso de elaboración a veces es minucioso, necesita toda nuestra atención y puede convertirse en un momento de meditación. Cuando en muchos preparados usamos aceites esenciales, nos nutrimos de ellos a través de los sentidos con sus aromas y propiedades organolépticas.


Es una experiencia muy gratificante. Te empodera saber que con tus manos, las plantas, el calor, el agua y la gratitud, puedes obtener productos sin tóxicos para tu piel y la de tu familia.


Realmente es alquimia.


¡Aviso! Cacharrear en el laboratorio de la cocina termina siendo adictivo, pero es una adicción saludable para nosotras y nuestro entorno.



Te invito a mi curso



Sabes que muchas de las plantas que crecen en tu territorio tienen propiedades tanto preventivas como para restablecer la salud. Pero tal vez te sorprenda que también puedes utilizarlas en la limpieza del hogar y en la elaboración de cosmética vegetal.


Muchos de los recursos que nos ofrece la naturaleza han sido aprovechados por todas las culturas, recuperar parte de ese conocimiento es el objetivo de este curso en el que aprendes a ahorrar y ser sostenible, 2 en uno, además es divertido, 3 en 1.



En el curso “Cosmética natural y elaboración de productos de limpieza” verás cómo aprovechar los recursos del entorno para preparar tus propios productos de limpieza y cosmética, mientras cuidas de tu salud y cuidas del medio ambiente.


¡A que esperas! :)

bottom of page