¿Estás planteándote emprender, pero aún no sabes en qué? Sabes que quieres llevar una vida a tu medida, vivir de algo que te apasiona y tomar las riendas de tu trabajo. Pero la búsqueda de la idea perfecta te está impidiendo avanzar. Bien porque tienes tantas ideas que no sabes por cuál decidirte o quizás porque todavía no tienes ninguna idea en mente aunque sabes que quieres emprender.
En este artículo queremos darte algunas claves para ayudarte a encontrar una idea de negocio afín a ti para que puedas empezar a caminar para lograr la vida que deseas.
Índice:
¿De dónde surge una idea de negocio?
Todo negocio empieza con una idea. Seguro que te has planteado más de una vez de dónde o cómo surgen las grandes ideas. ¿Cómo los/as grandes empresarios/as de éxito tuvieron ese momento “eureka”? ¿Lograron la inspiración mientras daban un largo paseo con su perro?
Bueno, pues tenemos buenas noticias para tí. Las ideas no surgen de manera espontánea, así por que sí. Más bien son el resultado de conexiones y asociaciones que se dan en nuestra mente durante un tiempo considerable.
¿Y por qué esto es una buena noticia? Porque todas las personas podemos tener ideas si estamos disponibles para ello. Una buena idea no es solo para grandes genios o personas extremadamente lúcidas.
Cuando Albert Einstein descubrió la teoría de la relatividad, no fue algo que le surgiera de repente, sentado en su mesa de trabajo. Había estado dándole vueltas durante al menos siete años (tranquila, ¡tampoco hace falta que pasen 7 años para encontrar la idea que buscas!) , desde que comenzó a estudiar matemáticas y física en la Escuela Politécnica de Zurich. Al final del siglo XX, cuando Einstein se graduó, el gran enigma de la física residía en la aparente incompatibilidad entre las leyes de la mecánica newtoniana por un lado, y la nueva ciencia del electromagnetismo por otro, pues resultaba que la luz no se comportaba como habían previsto todas esas leyes clásicas. Este fue el gran rompecabezas que parecía no tener solución y que, finalmente, terminó resolviendo el joven graduado Albert Einstein.
Las ideas surgen con el tiempo y como consecuencia de un proceso de observación (y por que no, de curiosidad). Y cuando hablamos de negocios, hay dos ingredientes clave a los que tendrás que observar si quieres llegar a la idea de negocio perfecta para tí: tú misma y tu entorno.
En realidad no hay buenas o malas ideas, ni grandes o pequeñas ideas, una idea de negocio tiene que ser buena para la persona que la emprende. Porque emprender un negocio es también emprender un proyecto de vida. Por tanto el primer paso que tenemos que dar si queremos encontrar una idea de negocio es observarnos, conectar con nosotras, con nuestras motivaciones y nuestro yo más profundo. ¿Cuáles son tus pasiones? ¿Qué se de ta bien hacer? ¿Cuáles son tus fortalezas? ¿Cómo es esa vida que anhelas y que quieres construir poniendo en marcha un negocio propio?
Y todo eso no puede estar desligado de las necesidades y oportunidades que detectemos en nuestro entorno. ¿Qué necesita el mundo? ¿Qué oportunidades detecto? ¿Cómo mejorar algo que ya existe? ¿Observo algo que no existe y que podría crearse? ¿Por qué me pagarían?
En la conexión de tu yo más profundo con las necesidades de tu entorno estará tu razón de ser y será la fuente de inspiración para lograr tu idea de negocio perfecta.
Vamos a profundizar un poco más en todo esto.
¿Qué negocio puedo poner en marcha? 4 Claves para ayudarte a decidir
Como hemos dicho, hay dos aspectos en los que tendrás que indagar para encontrar esa idea de negocio que anhelas: tu yo interior y tu entorno. Y créeme, a medida que avances en el proceso sabrás cuando ha llegado tu momento “eureka”.
Aquí te damos 4 claves para ayudarte a decidir y encontrar una idea de negocio:
1. Que tenga que ver contigo: conexión con tus pasiones, fortalezas y propósito. El centro de tu ikigai
Los japoneses dicen que cuando una persona encuentra su ‘Ikigai’ (que en japonés quiere decir, su razón de ser) alcanza una vida plena, disfruta de cada segundo de su vida y vive una vida muy larga.
El ikigai se conforma de 4 partes: lo que amas, en lo que eres bueno/a, lo que necesita el mundo y por lo que te pueden pagar.
Piensa en todo aquello que hace que se pase el tiempo volando, sin darte cuenta y que cuando terminas, te sientes satisfecha/o. Esas serán tus pasiones.
Ahora pregúntate, ¿qué se te da bien hacer? ¿En qué eres talentoso/a? ¿Para qué te suelen pedir ayuda? Esas serán tus habilidades.
Como dice Simon Sinek, el éxito de una empresa está vinculado a la capacidad que tiene una marca para inspirar, reunir y encantar a un público que valora la esencia de la organización. Por eso es tan importante saber comunicar tu propósito. La diferencia entre las empresas de más éxito y las empresas corrientes parte de que las empresas corrientes venden el “que” hacen y las empresas de éxito venden el “por qué” lo hacen. Las personas como consumidoras conectamos con los propósitos de las marcas y nos fidelizamos a ellas cuando están alineadas con los nuestros propios.
Nuestros por qués, tus por qués, importan y tendrás que dedicar un tiempo a conocerlos para saber comunicarlos y enamorar con tu idea de negocio.
2. Que te permita construir la vida que deseas: conexión con tu sueño, la visión, que implica esa idea en tu día a día
Una idea de negocio perfecta también tendrá que permitirnos llevar la vida que deseemos. Cuando profundices y conectes contigo, tendrás que pensar también cuáles son tus motivaciones más profundas para emprender un negocio. ¿Qué tipo de vida quieres construir? ¿Cuáles son los ingredientes clave de esa vida que proyectas? ¿Qué es lo que te motiva a hacerlo? ¿Cumplir tu sueño? ¿Ganar dinero? ¿Trabajar en lo que te gusta? ¿No tener jefes? ¿Salvar el mundo o un pedazo de él? ¿Tener éxito y reconocimiento?
La idea estará bien fundamentada si consigues que tenga que ver con tu historia. Es esencial que el proyecto tenga que ver contigo, con algo que te pertenece. Los negocios de éxito, las ideas que funcionan, no son una ocurrencia del último minuto, son algo que se ha manifestado en tu vida a lo largo de los años de múltiples formas; algún libro que te influyó, alguna película, un viaje inspirador, personas que fueron importantes para ti, cosas que te han pasado, que te están pasando y que seguramente van a seguir pasándote, aunque no emprendas.
3. Que tenga que ver con tu entorno: necesidades y áreas de oportunidad.
¿No te ha pasado alguna vez (¡o muchas veces!) que como consumidora detectas algún producto o servicio que funciona mal o no te acaba de convencer y piensas: yo lo haría de esta otra manera? ¿O buscas algún servicio y ves que no existe exactamente aquello que tienes en la cabeza? ¿O bien observas algo que existe en otros países, que te encantaría que existiera también en tu país, pero nadie lo ha traído aún?
Una idea de negocio parte de una necesidad que detectamos en nuestro entorno y sobre la que vemos que podemos aportar nuestro talento para ofrecer una solución. Y esa solución suele responder a un dolor del mundo, de tu entorno. Investiga, se curiosa, lee sobre tendencias, porque todo ello serán fuentes de inspiración para ir dándole forma a la idea de negocio.
Los proyectos que nos mueven suelen ser bastante inmensos o así los sentimos. Te hacen preguntarte a menudo ¿Cómo yo siendo tan chiquita puedo responder a toda esa demanda? Paradójicamente, esa sensación de inesabilidad también es un componente esencial de un propósito sólido. Te dará un horizonte al que mirar y seguramente te vas a encontrar mucha compañía en el viaje, muchas personas que miran al mismo horizonte y estarán dispuestas a colaborar contigo.
4. Que aporte valor y sea diferenciador: mejorar una experiencia, un producto, un servicio o traer algo que ya funciona y es novedoso en otro contexto.
A veces nos surgen ideas pero no nos animamos a llevarlas a cabo porque otras personas ya lo están haciendo. ¿Pero te has parado a pensar alguna vez qué es lo que hace que dos mismas ideas en la práctica no se parezcan en nada o cada una tenga algo que las haga diferentes? Porque cada persona tiene un valor único que hará único a ese negocio.
Por tanto esto no debe ser algo que nos desanime. Nosotras le daremos a la solución que diseñemos (el producto o servicio) nuestro valor único. Y existen herramientas para ayudarte a identificar áreas de oportunidad que mejoren una experiencia, un producto o servicio para aportar valor diferencial en el mercado.
Oímos que una idea de negocio debe ser innovadora para triunfar. Pero la innovación no es solo inventar algo nuevo que no existe. ¡Si prácticamente todo está inventado! La innovación también es traer una nueva manera de ver un mismo problema o una nueva forma de abordarlo. Y ahí es donde tú eres el ingrediente esencial para darle un valor diferencial. Tu historia, tu visión del mundo, tu experiencia aportarán algo diferencial. Creer en tí y tu criterio es clave en este proceso. Y luego hay formas baratas y rápidas para saber si lo que has creado funcionará, así que por eso no te preocupes de momento.
Tengo la idea.. ¿y ahora qué?
Lo primero, ¡enhorabuena! Ya tienes uno de los ingredientes clave para empezar a construir el camino hacia la vida que deseas. Y puedes celebrarlo, porque el proceso de conocernos un poco más a nosotras mismas y nuestro entorno es siempre muy enriquecedor.
Ahora tienes un camino por delante apasionante para transformar esa idea en un negocio rentable e innovador.
Para empezar, puedes descargarte esta guía gratuita que te orientará sobre los pasos a dar para emprender, y no morir en el intento ;)
Si quieres hacer el proceso guiado, paso a paso, y formar parte de una comunidad de mujeres emprendedoras, no dudes en consultar el curso “Emprende Paso a Paso”, donde transformarás la idea de negocio en un producto o servicio que podrás probar en el mercado con potenciales clientes.
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