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Cristina Navarrete

6 acciones en las que enfocarte para poder arrancar con tu emprendimiento y sentirte tranquila

Actualizado: 10 ene 2022




Empezar con un proyecto emprendedor puede ser abrumador. ¿Por dónde empiezo? ¿Qué hago primero? ¿Qué es imprescindible en esta fase y qué no? Lees y recibes tanta información que ya no sabes lo que es importante y lo que no, lo que debes o no hacer ahora, y si eso es para ti y aplica para tu proyecto. Y aunque pasas horas pensando y desarrollando tu idea, sientes que no avanzas.


Con este artículo queremos ayudarte a que conozcas qué es lo imprescindible para lanzar tu emprendimiento y sentirte tranquila con ello, por todo lo demás puede esperar.

Pocas acciones, pero efectivas e indispensables. Olvídate de todo lo demás, ya tendrás tiempo más adelante para desarrollarlo, lo más importante ahora es que seas capaz de poner en marcha el negocio que deseas y comenzar a probar si tu idea funciona.


Vamos allá, coge un cuaderno y un boli y… ¡toma nota!


6 aspectos clave en los que enfocarte para lanzar tu idea


Puede que aún no tengas muy clara la idea de negocio. Si este es tu caso, te recomendamos leer este articulo, donde te compartimos 4 claves para ayudarte a encontrar la idea de negocio que buscas.


Si ya sabes en lo que quieres emprender y ya estás desarrollando tu proyecto emprendedor, ha llegado el momento de poner foco en las 6 cosas más importantes para poder sacar adelante tu idea de negocio. Te lo compartimos a modo check-list:


  1. Tengo claro cuál es mi propósito (EL POR QUÉ)

  2. Tengo definido mi modelo de negocio

  3. Tengo identificada a mi clientela ideal (EL QUIÉN)

  4. Tengo un producto mínimo con el que empezar (EL QUÉ)

  5. Se cómo voy a conseguir los primeros clientes (EL CÓMO)

  6. Tengo claras las próximas tareas y mis métricas de éxito


1. Tengo claro cuál es mi propósito

No es igual una simple panadería que ofrece pan congelado y horneado que una panadería que intenta recuperar la receta del pan y el formato tradicional de una zona, elaborarlo cuidadosamente con masa madre para que puedas volver a probar un pan auténtico y como los de antaño, ¿verdad?



No es lo mismo porque en el segundo caso el propósito de la idea va más allá de vender pan, se conecta con algo más grande, con una vocación e interés de aportar algo de valor al mundo.

No es lo mismo querer vender cursos de costura que ayudar a las personas a desconectar de la vorágine del día a día y encontrar un momento de conexión con ellas mismas a través de la costura. Lo vas pillando, ¿verdad?


"El propósito no sólo nos sirve para que el proyecto esté cargado de sentido para nosotras mismas sino que también nos conecta con nuestra clientela y nos ayuda a vender nuestros productos y servicios".

Simon Sineck en su “Teoría del círculo dorado” reflexiona sobre esto. Las personas no compramos lo “que” hacen las empresas sino “por qué” lo hacen. El éxito de una empresa está vinculado a la capacidad que tiene una marca para inspirar, reunir y encantar a un público que valora la esencia de la organización.

Poner tu por qué, el propósito de la idea en palabras, es algo muy potente que dará mucha energía a tu proyecto.


2. Tengo definido mi modelo de negocio

Cuando encontramos la idea de negocio que conecta con nosotras, con nuestro propósito, corremos el riesgo de enamorarnos de nuestra propia idea y olvidarnos que para que funcione necesitamos convertirla en un modelo de negocio claro y validarla.


En un modelo de negocio, hay tres cosas que sí o sí deberás tener claras:


  • ¿Cuál es tu propuesta de valor? Es decir: qué vas a hacer, cuáles son los productos o servicios que ofrecerás y qué tienen de diferente o innovador sobre lo que ya existe.

  • ¿Quién es tu clientela? A qué personas o entidades estás resolviendo su problema. Quién está dispuesto a pagar por tus productos o servicios.

  • ¿Cuáles son tus fuentes de ingresos? Cómo vas a ganar dinero y generar riqueza en tu entorno.


El CANVAS es una herramienta que te facilita ver tu modelo de negocio en una sola hoja donde poder plasmar las ideas clave.


-> -> Aquí te compartimos la herramienta para que puedas trabajarla y además hacerlo con enfoque triple balance (incorporando criterios de sostenibilidad ambiental e impacto social).





3. Tengo identificada a mi clientela ideal

"No todo el mundo será tu cliente. Saber para quién es lo que quieres ofrecer y para quién no te será de gran ayuda en un inicio"

Es muy importante que no trates de abarcar todo para no dispersarte. Elige un nicho de clientes, pon foco en un determinado grupo o sector. Por ejemplo, si eres fotógrafa podrías enfocarte en hacer fotografía para bodas; si eres psicóloga podrías especializarte en psicología para personas emprendedoras que sufran de mucho estrés. Pregúntate con tu proyecto qué dolor o necesidad ayudas a solucionar y qué grupo de personas puede presentar más esa necesidad.


Empatizar y conocer las necesidades de tu clientela ideal antes de empezar con tu proyecto será (créeme) CLAVE para hacer las cosas bien y no desenfocarte.


Porque en definitiva un negocio no es más que la solución a un problema, dolor o necesidad de un grupo de personas que está dispuesta a pagar por solucionarlo. Cuanto más te enfoques en dar solución y ayudar a tu clientela a avanzar en su “problema”, mucho más fácil te resultará atraer clientela y tener un proyecto de éxito.


Para conocer a tu clientela puedes hacer entrevistas de problema. Te sorprenderás de la cantidad de información útil que recogerás y cómo esto te ayudará a ir dándole forma a tu servicio. El resultado será tener una descripción detallada de tu cliente ideal, donde tengas claro qué le motiva, qué le preocupa, cuáles son sus principales frustraciones, cómo mide el éxito, qué hábitos tiene (en qué redes se mueve, qué le gusta hacer, en qué invierte su tiempo libre), dónde y cómo vive, en qué trabaja,....


-> -> En este artículo te contamos un poco más acerca de las entrevistas de problema y cómo llevarlas a cabo.


4. Tengo un producto mínimo con el que empezar

Para empezar no hace falta tener el producto final perfecto, sino el producto mínimo para poder PROBAR tu idea. No tiene sentido invertir una gran cantidad de tiempo, esfuerzo y energía en desarrollar algo que no sabes si va a funcionar, ¿verdad?


"La clave es empezar cuanto antes, con lo mínimo que puedas, para probar si tu idea va a funcionar".

No hay mejor información que la que te pueda dar un potencial cliente. La filosofía de Lean Startup es “fracasa pronto, fracasa barato”, y eso es lo que te proponemos.


En esta fase no es tan importante vender (que también, obviamente) sino APRENDER para mejorar.


¿Y cómo sé que es lo mínimo para empezar? Que sea mínimo quiere decir que sea fácil de realizar y no te suponga mucho coste, pero que sea a la vez viable, es decir, que por sí mismo tenga la utilidad que buscas.


Si por ejemplo queremos vender jerseys de lana natural para niños y niñas, una opción podría ser hacer un muestrario. Podemos elaborar media docena de jerseys con distintos colores o dibujos y distintos diseños y hacernos un instagram o una página de empresa de Facebook, para mostrarlos e intentar venderlos y ver qué acogida tienen. Podemos aprovechar el muestrario para validar ciertas características del producto, por ejemplo, qué diseños y colores gustan más, si nos demandan más para unas edades que para otras, si el precio es adecuado. Igual descubrimos que hay otros productos además de los que tu has diseñado en el muestrario que tus clientes demandan, como por ejemplo, mantas con dibujos infantiles para bebés, o calcetines.


"Hacer tu prototipo o mínimo producto viable y mostrarlo a tu clientela es el paso crucial para avanzar y lanzar tu idea"

Si no tienes éxito no habrás perdido mucho y habrás aprendido tanto que podrás lanzar otras o mejorar la que tenías. Empezar a hablar con tu clientela en “modo piloto” te resultará mucho más fácil y menos duro. No existe el fracaso sino el aprendizaje.



5. Se cómo voy a conseguir los primeros clientes

En esta fase inicial, elige una estrategia para poder llegar a tu clientela potencial. Por ejemplo, puedes hacer alianzas con otras marcas y ofrecer una clase gratuita con algún contenido de utilidad que te permita llegar al perfil de persona que tu quieres. También podrías ofrecer tus servicios gratis (como algo promocional) para recoger algún testimonio o tener las primeras experiencias que te permitan crear tu porfolio. Puedes también hacer sorteos donde ofrecer consultorías gratis. O si vendes artesanía, por ejemplo, puedes probar a participar en una feria.

Elige una o pocas opciones y apuesta por ellas. Y piensa en los escenarios que utilizarás para llegar a tu clientela: ¿En una feria o mercadillo dónde podemos ya intentar vender y hablar con nuestra clientela?, ¿Online, por redes sociales o por mail?


"Empezar a hablar con tu clientela te ayudará a validar la solución que seleccionaste y el producto o servicio que has diseñado, a mejorarlo y conseguir encontrar tu hueco en el mercado".

Además será importante antes de hablar con tu clientela que definas las preguntas e hipótesis que quieres validar. Piensa en aquellas cosas que estás dando por supuesto y cosas que aún no sabes y te interesa averiguar cuando hables con tus clientes. Por ejemplo, podrías estar interesada en responder alguna de estas preguntas:

¿Qué es lo que más útil te ha parecido? ¿Qué partes te resultan secundarias? ¿Qué características son las que no te importa que falten? ¿Crees que estamos pasando algo por alto? ¿Hay algo más que quieras añadir a la solución? ¿Te parece un precio razonable para que lo sueles gastar tu en este tipo de productos?


Echa un vistazo a este artículo si quieres tener más información sobre la fase del test de mercado.



6. Tengo claras las próximas tareas y las métricas de éxito

Define los pasos necesarios que deberás dar para que todo lo demás ocurra. Las 3 o 5 tareas más importantes. Por ejemplo: hacer un listado de proveedores, contactar con 5 cuentas de Instagram para proponer una colaboración, etc.


Y muy importante que antes de lanzarte definas cuáles van a ser TUS métricas de éxito. Por ejemplo una métrica podría ser “más del 70 % prefieren rutas de senderismo de un tipo o de otro” si una de las hipótesis es que un tipo de ruta va a ser la más demandada, o hacer tres experimentos de ruta con tres precios distintos en fechas similares de afluencia de turistas y ver cual es el que llenamos más. Es decir se trata de averiguar qué porcentaje de personas nos dicen que “si” a una determinada opción, qué opción les gusto más de las que les dimos o cuantas personas de las que se acercaron a nuestro puesto en la feria nos compraron, qué opinión nos dieron de nuestro productos y qué objeciones pusieron.


Las métricas de éxito las marcas tú. Aquí tienes que aplicar tu sentido común. Cuanto es suficiente para ti para validar que tu test ha tenido éxito.

Si quieres saber más sobre cómo desarrollar cada acción, entra en https://www.cabrasenred.es/cursos y consulta nuestros cursos.


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